Los expertos de The Valley recomiendan un enfoque que combine aprendizaje hiperpersonalizado, reskilling «on demand», mentoring 4.0, rediseño flexible de roles, microlearning estratégico y refuerzo del compromiso de los jóvenes mediante IA, garantizando que la competitividad de la organización en el próximo ejercicio
El upskilling, que consiste en mejorar y actualizar las competencias de los empleados para rendir mejor en su puesto actual, y el reskilling, que permite aprender nuevas competencias para asumir roles diferentes dentro de la organización, siempre han sido estrategias fundamentales para impulsar el desarrollo profesional. Más allá de beneficiar a las empresas, estas prácticas permiten a los profesionales seguir evolucionando, fortaleciendo su perfil y mejorando su empleabilidad a largo plazo. Sin embargo, en la era de la Inteligencia Artificial, estos procesos se enfrentan a un reto mayor, ya que además de dominar nuevas herramientas, los empleados deben adaptarse a un entorno en constante cambio en el que la tecnología transforma continuamente tareas, procesos y funciones laborales.
Esta urgencia de adaptación se refleja en las cifras del Foro Económico Mundial. Según su informe The Future of Jobs Report, el 50% de los trabajadores necesitarán un reskilling o upskilling durante 2025 debido al impacto de la automatización, y aproximadamente el 39% de las competencias clave cambiarán para 2030. Unas cifras que ponen de relieve que las empresas que no inviertan en actualizar las competencias de su plantilla corren el riesgo de quedarse atrás, a la vez que los trabajadores que no se adapten corren el riesgo de ver comprometido su desarrollo profesional en los próximos años.
«La situación actual hace que la actualización constante de habilidades sea una condición indispensable para mantenerse en el mercado. La irrupción de la Inteligencia Artificial y la velocidad con la que evoluciona la tecnología está transformando profundamente la forma de trabajar, y sobre todo, las capacidades que demandan las empresas. En The Valley somos plenamente conscientes de este desafío, y por eso acompañamos a organizaciones y profesionales en el desarrollo de las competencias estratégicas para el futuro, ayudándoles a incorporarlas de forma práctica en su día a día, con el objetivo de potenciar su crecimiento y fortalecer la capacidad de adaptación en un entorno tan dinámico como el actual«, señala Juan Luis Moreno, Partner & Managing Director de The Valley.
En este contexto, los expertos de The Valley, institución educativa especializada en business & tech y parte del Grupo Educativo UAX, han identificado la hoja de ruta que ayudará a las empresas a liderar la gestión del talento en 2026:
- Aprendizaje hiperpersonalizado. Más allá de ofrecer formación estándar, se trata de diseñar rutas de desarrollo que se adapten a las necesidades, aspiraciones y estilos de aprendizaje de cada empleado. Por ejemplo, un especialista en ciberseguridad puede profundizar en analítica de amenazas, mientras que un gestor de clientes aprende técnicas de comunicación digital avanzadas. Además de potenciar competencias críticas, este enfoque genera motivación y compromiso, ya que los empleados sienten que su desarrollo importa a la empresa y que cuentan con apoyo para afrontar los desafíos estratégicos del futuro.
- Reskilling «on demand». En un mercado laboral donde los cambios tecnológicos son constantes, la capacidad de adquirir habilidades justo cuando se necesitan se vuelve crítica. Esta metodología permite que las organizaciones actúen de manera inmediata: si se implementa un nuevo software de análisis de datos, los equipos pueden recibir formación práctica en tiempo real, en lugar de esperar a programas preestablecidos. Esta agilidad asegura que los empleados mantengan su relevancia profesional y convierte cada cambio en una oportunidad de aprendizaje aplicado, fomentando la proactividad y la resiliencia.
- Mentoring 4.0. Este enfoque combina la orientación tradicional de un mentor con herramientas digitales, análisis de datos y feedback continuo, creando un modelo de desarrollo adaptativo y práctico. Por ejemplo, un joven talento que lidera un proyecto de innovación puede recibir orientación personalizada sobre gestión de equipos y, al mismo tiempo, obtener retroalimentación en tiempo real sobre su desempeño y habilidades, acelerando el aprendizaje y fomentando competencias transversales como resiliencia, creatividad y capacidad de decisión. Así, se generan equipos capaces de asumir responsabilidades complejas y adaptarse a entornos cambiantes, fortaleciendo la competitividad y sostenibilidad del talento.
- Rediseño de roles flexible. En un entorno empresarial marcado por la constante evolución de los proyectos, los puestos de trabajo requieren una adaptabilidad permanente. El rediseño flexible de roles permite que los empleados asuman nuevas responsabilidades y desarrollen competencias emergentes, fomentando una mentalidad de aprendizaje continuo y proactividad frente al cambio. Además, esta capacidad de adaptación incrementa la agilidad organizativa, fortalece la retención del talento y potencia el aprendizaje transversal, al permitir que los equipos adquieran perspectivas y habilidades complementarias a sus funciones principales.
- Microlearning estratégico. Esta estrategia complementa todas las iniciativas anteriores, ofreciendo formación en fragmentos breves que los empleados pueden completar diariamente, incluso dedicando solo unos minutos cada día. Su diseño permite que el aprendizaje se integre de manera natural en la rutina laboral, consolidando competencias críticas sin interrumpir la productividad y reforzando la transferencia inmediata del conocimiento al desempeño real. Además, fomenta la autonomía del empleado, que puede gestionar su propio desarrollo de manera flexible, y asegura que la adquisición de habilidades esté alineada con los objetivos estratégicos de la empresa, contribuyendo a consolidar una cultura de aprendizaje constante y adaptativa.
- Compromiso y desarrollo del talento junior. La incorporación de perfiles jóvenes supone un reto creciente para las organizaciones, debido a su menor vinculación con los modelos tradicionales de trabajo y la necesidad de motivación constante. La Inteligencia Artificial es clave para abordar este reto, ya que permite diseñar itinerarios de aprendizaje adaptados a sus intereses, generar feedback inmediato y proponer retos personalizados que conecten sus aspiraciones con los objetivos de la empresa. De esta forma, se fomenta su integración y proactividad y se fortalece su capacidad de asumir responsabilidades en un entorno profesional en continuo cambio.

